Toqué timbre 18 veces. Dieciocho, sí. Igual por
las dudas que no le andara la luz, lo llamé por teléfono también. Pero no
contestaba. Me pareció raro y le tiré unas piedritas: rompí dos vidrios, un
bajón. Igual tampoco salió. No estaría, supongo que no estaría, ¿no? Te juro
que me preocupé, ¿viste que él es medio depresivo? Yo me dije, por ahí está
para el culo, me necesita… es más, pensé lo peor, lo peor. Porque sino cómo
podía ser que no respondiera nada, ¿me seguís? Algo le tenía que estar pasando,
y algo serio. Fueron como dos horas que me quedé apostada en la puerta, con los
nervios de punta, sin saber que más hacer, la cabeza yéndome a mil, y bueh, me
vine para acá. ¿Te jode si lo llamo al fijo? Porque intenté desde mi celular y
no me contestaba, por ahí me quedé sin crédito, si no te jode lo llamo desde tu
teléfono, total es una local, ¿te jode?
Che, estaba. Estaba en la casa. Se siente
invadido dice. Le pedí perdón, le dije que no quería asfixiarlo, que estaba
preocupada, pero no. Lo invado, dice que lo invado y que no lo llame más. Que
no pase tampoco. Porque le dije de conversar, de vernos, a mi terminar así no
me cierra, necesito hablar. No, con el analista no, con él necesito hablar.
Además yo no tengo analista, sí, por ahí me vendría bien ir a terapia, pero nos
vamos de tema, es otra cuestión esa… ¿y si me mando para la casa? Yo necesito hablar, te
juro, necesito que hablemos...
algunas imagenes se cruzan por mi cabeza, mientras leo esto, recordarlo se convirtió para mi, en algo extremadamente gracioso... es excelente !!! (pato)
ResponderEliminarAy Anónimo, ¡sé quién sos, lo sé! ¡Beso de mí parte! (Anónimo 2)
Eliminarqueremos mas historias.... queremos mas historias.....
ResponderEliminarContinúa: una mujer que toca timbre 18 veces, no baja los brazos así nomás: después lo elimina de todos lados, obvio. (El post del 14 del marzo lo cuenta mejor que yo, aunque lo escribí yo... )
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