domingo, 4 de marzo de 2012

Unos mil kilómetros, más o menos...


          No sé, no sé explicarte bien, pero es por la altura de Arturo Seguí, nada más que yendo por un camino distinto, porque no es ruta, es campo. Es lejos, pero además es complicado, te perdés muy fácil. Imaginate que no hay número de calles, llegás a un momento del camino que tenés alguna casa, barro, pasto, árbol, casa, ninguna luz… 40 minutos de auto y estás en la nada, perdida como la san puta. Pero yo me dije voy igual, yo voy. ¡No! No es que sea Brad Pitt, pero yo tampoco soy la Jolie. Igual ahora que lo nombrás, ¿viste que Brad anda con el pelo medio largo? Pero es Brad Pitt, él puede hacerse caca en el pelo y va a seguir estando bueno. En cambio éste usa el pelo largo, con rulos… ¿largo?, qué digo largo, ¡relargo!, y le queda estilo cocker, que puede ser muy hippie pero es horrible, ya pasaron los 70, a ver muchachos, ¡pasaron! Pero bueno, el chabón lo lleva así, con el orgullo de ser hippie y que se note, que se note bien. ¡Obvio que no me gusta eso! Pero es algo externo, la belleza quién te dice, la encontrás… ¿vos te acordás del petisito? Ese era feo. Bien feo. Pero yo no me voy a olvidar más, nunca pensé que fuera posible, ¿te acordás vos? El loquito se despertó a la mañana y estábamos muy felices desayunando, cuando me dice que se había dejado los anteojos en la mesita de luz, entonces se los busco, se los llevo, feliz estaba yo, haciendo la sumisa, y cuando se los doy le pregunto si tenía miopía. Es que el culo de botella que cargaban esos anteojos era importante, algún problema serio con la vista tenía que tener. ¿Y qué me contesta? ¿Eh? Tengo estrabismo ¡Estrabismo! Había pasado la noche con un pibe bizco y no me había dado cuenta. Y me dio gracia, pero me dije chau, qué grosso, es recontra bizco y yo ni me detuve en eso, esto es amor, es amor. Que loco, ¿no? Mirá vos, pensé que te lo había contado. No, no prosperó esa historia, tenía novia el pibe, me enteré y chau, chau amor. Pero bueno, ¿entendés a qué me refiero con la belleza? No es algo determinante, una nunca sabe cuál es la fibra del otro que va a pegarte, no lo sabes. Te la tenés que jugar, y yo sentí que me la tenía que jugar. El cocker me invitó a su casa, quedaba en la concha del loro, no sabía cómo iba a salir la cosa, pero me la jugué. Vos pensá que hace mucho que no hago una jugada, no muevo una puta ficha, y evidentemente es cierto eso de que no van  venir a tocarte la puerta, es una de las grandes verdades universales: no te pongas linda y esperés en el zaguán, porque nadie va a tocar timbre para fijarse si hay una belleza sentadita ahí. Así que moví. Igual pará, porque lo más grave no es haber manejado hasta donde se termina el mundo y un poquito más allá. Lo más grave es todo lo que hice antes: me levanté esa mañana con unos nervios que asustaban, a las 7 de la mañana yo ya estaba arriba. Qué es terrible, porque cuando vas a tener una cita, si hay algo que puede ser positivo es que el tiempo pase rápido, que no tengas la posibilidad de andar haciéndote la cabeza y esas cosas. Pero yo tuve todo el santo día para estar nerviosa, para conjeturar qué podía pasar, para alucinarme con cada situación maravillosa que podía pintar, para cagarme hasta las patas con las cosas de mierda que podrían aparecer… ¡todo el día así! ¿Con qué fui? En el auto, te dije que manejé hasta allá. ¡Ah, la ropa! Sí, otro bajón, agradecé que no anda la luz de la pieza y no puedo andar mirándome en el espejo, porque si no me hubiera pasado alrededor de 5 horas probándome cosas: que me queden bien pero que no den levante, que me hagan buen culo pero que no sean caretas, que parezcan descontracturadas pero tampoco hippies, porque acordate que el hippie es él, yo no podía aparecerme ahí con una camisola de bambula. ¡Y ojo! No era solamente buscar algo que me quedara bien, tenía que ser algo que se adecuara al lugar, ¿me entendés? No, no entendés, ¿me estás siguiendo vos? El pibe vive lejos, en zona rural por decirlo de alguna manera, a la vera de un arroyo, ¿me seguís?  Yo vivo en pleno asfalto, odio los sapos, y no pretendía andar caminando sobre un par de sandalias esquivando batracios, ¿si? Mucho menos con algo corto que dejara un centímetro de piel al descubierto para ser comido por jejenes, mosquitos, serpientes venenosas. No. Indumentaria de safari, pero sin que se notara, porque él vive con mucha naturalidad su relación con la especie animal. Yo no. Yo detesto los bichos. Pero tampoco era cuestión de salir a mostrar diferencias de tamaño calibre, ni ahí. Tenía que ponerme algo seguro, que me protegiera de los peligros de la naturaleza, pero que me dejara tranquila para sentarme ahí sin tener que pensar que algún ser viviente pudiera atacarme, y para colmo, qué digo para colmo, sobretodo, que me hiciera buen culo. No, si cuando yo te digo que fue complicado, vos creéme, no exagero en nada. Pero bueno, me vestí, nada, sencillo: un jean, una remera, zapatillas… No, no era look de trola, una remera lisa pero un poco linda, me tiré un collar de alambre, unos aretes, qué sé yo, estaba vestida de mina, pero tranqui, como que no busqué demasiado. Y además con el cuerpo cubierto y protegido para los bichos, pero a la vista para el pibe, ¿entendés? No estaba mal el atuendo, creo, no sé, no sé ni lo voy a saber. Igual sí, tenés razón, siempre es la misma historia para vestirte, siempre es un rollo, pero yo te cuento de este episodio, y no puedo obviar el detalle. Pero sigo, no te pongas impaciente, estás como del orto vos, ya va. Te mando otra: yo sabía que el pibe no tiene un mango, ya lo sabía. Tampoco es de sorprender, más vale: es hippie, ergo, es un muerto de hambre. Deducción simple e inequívoca. Pero bueno, hay grados y grados de pobreza. Por lo que yo sabía, el suyo era de los importantes. O no sé, yo aluciné eso porque soy una estúpida importante, ese es mi problema. Para estar con un tipo hay que ser conchuda, flor de conchuda: si no tiene un mango y te invita a cenar, que saque un préstamo. Que empeñe las joyas de la abuela. Que venda un hijo. No sé, lo que quiera, pero que lo resuelva él. En cambio yo no puedo, no. Me ocupo de facilitarla porque soy una reverenda pelotuda. ¿Y qué hizo la boluda? Se preocupó de que no le resultara tan difícil, de que no pasara por un mal momento, que no se viera enredado en una situación complicada… ¡y con un hippie! ¡Si los hippies se cagan en todo! Son capaces de invitarte con un tetra y no se les mueve un pelo, se cagan en todo, ¿entendés? Pero yo no, dale y dale con la cruz roja: mi viejo me había traído una bolsa de cornalitos, y entonces le mandé un mensaje, le pregunté si le gustaban y listo. Llevaba yo misma algo para picar. No te cuento el olor a pescado que tengo en el auto, no te explico. Pero no contenta con eso, seguí con mi bondad y me dije algo para tomar, tengo que llevar algo para tomar. Y pensé, le gustará cerveza o vino, cerveza o vino, pero no quise apabullarlo a preguntas y decidí yo: llevo una cerveza, una de las ricas, ninguna Quilmes, una copada. Total si nos pintaba quedarnos despiertos tomando algo, bueno, que sirviera el tetra, imaginate que para la altura en que pinta el cartón ya no te importa nada, sabés que al día siguiente te internás y que te hagan un lavado de estómago, total te echaste un flor de polvo, al hígado que lo limpien los médicos o alguna pasta. Y algo más, mirá lo que será la esperanza, mirá vos. ¡Algo dulce! Tenía que llevar algo dulce, porque siempre hay esperanza de que esté todo más que bien, entonces te va a pintar la onda chocolate, y si el pibe es pobre, no va a tener ni caramelos. Entonces también compré chocolates. ¿Te armás la imagen? Me subí al auto con una bolsa con todo lo necesario, todo. Faltaba que llevara un par de sábanas, mirá lo que te digo, es lo único que faltaba. Y ni hablar del cepillo de dientes en la cartera, el enjuague bucal, porque podía ser que de tan pobre no tuviera ni dentífrico, así que llevaba también eso. No sé, un atado de puchos por si nos quedábamos sin tabaco y dónde íbamos a comprar si  la casa queda en el culo del mundo, y todo, absolutamente todo, camuflado: era necesario que el señor pelilargo no supiera que estaba mudándome a pasar una noche equipándole la casa. ¿Pero sabés qué? La gravedad más grossa de todo esto, no era lo que llevaba puesto, o lo que había metido en la bolsa de supermercado ni en la cartera, ¡lo peor era lo que llevaba en mi cabeza! ¡Las ganas que tenía encima, la emoción, los nervios! ¿Vos te acordás de la invitación que me hizo? ¿Te acordas, no? Que la madrugada te encuentre sin obseciones (sí, con c lo escribió), solo (sin tilde, sí) sintiendo el aroma de este arroyo que cruza a través de este aroma a vos que anda oliendo por estos pagos. Ya sé, pésima, malísima, aroma aroma, dos veces, pobre loco, un poeta de la mala sintaxis y las faltas ortográficas, pero un dulce, no me vas a decir que no. Yo me mée cuando leí eso, fui totalmente consciente de su falta de capacidad para las letras, pero me dije qué maravilla, ¿te imaginás? Aparecer de golpe fuera de la urbe, sin bocinazos, sin horarios, porque ojo, para eso los hippies son buenos, y qué sé yo, estar ahí, con un tipo que va a bajarte mil cambios, sonaba lindo… Yo me la jugué, podía salir buena la movida, una nunca sabe, te la tenés que jugar, a seguro se lo llevaron preso. Yo me mandé.

       Una lástima que no estuviera, ¿no? Yo cuando vi que había manejado casi una hora, que estaba en la concha del loro, todo oscuro, campo por donde miraras, desubicadísima, agarré y lo llamé. No estaba. ¡No estaba el pedazo de pelotudo! Y se había olvidado de avisarme, mirá si será pelotudo. “Ay, me vas a matar, ¿no?” Le dije que no, que no porque no estaba, sino obvio que lo hubiera cagado a tiros. Y tengo una bronca, una bronca, que te juro, no encuentro palabras para explicártelo. Pero qué sé yo, estaba ahí, en el medio de la nada, muerta de odio, y pensé en venirme, ¿hice bien, no? Escucháme, traje los cornalitos, ¿vos sabés cómo se cocinan?

10 comentarios:

  1. buenisimooooooo!!!!LUIS

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    1. ¡Qué bueno que te haya gustado Luis! ¡Gracias! (esto también le pasó a una amiga de la amiga de la conocida de Patito, pobre mina, ¿no?)

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  2. lo de "dale y dale con la cruz roja" me mató!jajaj lo comparto en mi face y te agradezco que me hayas hecho reir tanto!

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  3. Mara, hay párrafos que los releo y me vuelvo a reír, la frase del cócker analizada, con faltas de ortografía y poco sentido, no!! me muero, pensando eso y a la par de sostener la posición de la flaca, totalmente coherente con su pesadéz. los cornalitos... increíble.
    yo de vuelta, gra

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  4. Muy Bueno me cague de risa y estaba en el laburo. Lo de ponerse kk y le queda bien , me mato, todo el parrafo esta bueno, segui divirtiendonos con estas charlas.Clau

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  5. jjajajjajajajajjajajjajajajjajjajajajajaj...buenísimo Maruti!!!! no podes escribir asi!!! jajajajja....lo paso para que lo disfruten!!!.....

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  6. jajajjajajajjajajajjaj buenísimo Maruti!!! no podés escribir asi!!!....lo paso para que lo disfruten!!! besos

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