Yo
sé que es un garrón comerse un sapo, tengo experiencia, no soy tarada. Pero es
creer o reventar: los príncipes no nacen de una reina, salen de un sapo. Tenés
que comerte unos cuantos para descubrir que es cierto, que por algo, alguna vez,
en algún cuento, mandaron esa historia… ¡Es porque es verdad! Hablo en sentido
metafórico, obvio, pero es así. Vos no te vas a cruzar con un tipo divino,
perfecto por decirlo de alguna manera, y listo, le dejás un zapatito de cristal
tirado en el ascensor y que salga a rastrearte, eso no existe, eso sí que es
puro cuento. Primero porque los zapatitos de cristal no existen, y segundo
porque las que calzan 37 son muchísimas, lo más seguro es que termine
cualquiera de ellas haciéndose la gila y metiendo el pie ahí, donde deberías
tenerlo puesto vos. Pero lo más importante: si por una casualidad de esas
conseguís un calzado que encaja, te ocupás de estar en el lugar y en el momento
preciso en que el joven sale con tu tacón dispuesto a buscar a la mujer que
pueda lucirlo, ahí, en ese instante, cuando todo encastra, vas a creer que sos
feliz. Y vas a pasearte muy abrazada al bomboncito, orgullosa de que te vean,
vas a sentarte en la mesa más llamativa del restaurante más copado, y cuando
pidan el plato más exótico y caro de la carta, vas a ver como el bonito que
tenés enfrente come con la boca abierta, habla mientras mastica, dice sandeces,
cada tres palabras nombra a su madre, y para colmo, sufre de cólicos. Pero
suponete que estoy exagerando, que come delicadamente, que paga la cuenta sin
que lo notes, que te lleva a su casa en una carroza, y que pasan juntos un
tiempito de dicha, ¿cuánto vas a tardar en darte cuenta que es medio tarado?
¿Qué te pusiste el baby doll más jugado de tu vida y él imbécil no se avivó
porque daban el boca-river? ¿Qué la madre te odia? ¿Cuánto tiempo, eh? Tarde o
temprano vas a tener que admitirlo, vas a intentar negarlo, le vas a fabricar
coronas de origami, vas a aprender crochet para tejerle una capa real, vas a
justificar lo injustificable, y un buen día, vas a mandarlo a cagar y vas a
salir como loca a buscar un plebeyo, ¿sí o no? Porque la reina en realidad es
una vieja bruja, y el hijo, nada más alejado de un príncipe.
Pero
ahora hacé el recorrido inverso: te cruzás con un sapo, lo escuchás croar, le
ves la piel verdosa, lo calás justo cuando estira la horrible lengua para cazar
una mosca, y aún así, decidís comértelo. Después de eso, ¿qué? ¿Algo de ese ser
espantoso puede resultarte más desagradable de lo que ya le conocés? ¡Nada! A
partir de ahí, si soportás semejante cosa, solamente vas a ver belleza, vas a
valorar su voz como si fuera un dulce canto, vas a creer que el verde es tu
color favorito y te combina con todo, vas a querer ser insecto para que te coma
a vos, y de golpe, sin darte cuenta, el sapo se convirtió en príncipe,
¿entendés?
Por
eso te lo digo, el pibe de la barra te está fichando desde que entramos, ¿y quién
te dice?, por ahí es tu príncipe. Yo en tu lugar le entro, no va a ser el
primer sapo que te comas, y de última, tenemos más batracios encima que uno más
no va a hacer diferencia, ¿por qué no probás? Tampoco es tan grave que mida
1.50 y sea rengo, andá a saber, por ahí se la banca…
todos tenemos mucho de sapo y un poquito de príncipe (aunque sea tres nombres, dos apellidos...) con ese poquito alcanza???
ResponderEliminarf
Aparentemente, alcanza con eso... ¡y con mucho menos todavía!
EliminarHola mi lady,aqui la saluda el principe de los sapos ,no sera lo mismo que usia dice mas se le acerca peligrosamente ,jajajaja , muy buena su disertacion, la apoyo incondicionalmente ,es mas ,es muy productivo para mi persona , la saluda atentamente su servidor .AGUANTEN LOS SAPOS jajaja
ResponderEliminarEXCELENTE! Adhiero a los sapos, sobre a los escuerzos. En el fondo de mi casa, vivia uno, E-NOR-ME. Lo llamabamos Pepe. Y cazaba bichitos,arañas, cucas, de todo... y caminaba lento de tan gordo que era. Digo "era", porque un dia no lo vi mas. No se si se convirtio en principe, o lo mato un camion. Un bajon!
ResponderEliminarEn fin...pobre Pepe.
(Roxana)
¿El Sapo Pepe? No se murió, peor: ¡se hizo famoso! Líder en ventas, un caso terrible el de Pepe...
Eliminar" El era un auetntico principe azul , mas estirado y puesto que un maniqui .. Que habitaba un palacio como el de zin zin .. y salia en las revistas del corazon...Que cuando tomaba dos copas de mas , la emprendia a romper maleficios a besos. Mas de una vez , con anterioridad , tuvo su alteza problemas por eso..
ResponderEliminarA la luz de las estrellas , le acaricio ,tiernamente la papada y la beso ... Pero salio , rana la rana ... Y su alteza en rana , se convirtio !!!! .. Y en el jardin frondoso , de sus papas , hoy hay un principe menos , y una rana mas !!!!!
¡Me encantó!... un príncipe menos y una rana más... ¡hermoso!
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